MUEBLE RECICLADO DE VESTÍBULO EN VIVIENDA PARTICULAR
Los muebles usados es uno de los soportes que más me conmueve trabajar.
Transformarlos y darles nueva vida, reciclándolos, es toda una aventura que te
convierte en un todoterreno porque nunca sabes con que imprevisto te puedes
encontrar.
Y
este es el caso que me ocurrió con esta pieza de estilo muy minimalista para los
años que tenía, en color wengué y retales de piel granate sobre el
frontal de los cajones del vestíbulo de una vivienda.
Suerte
la mía que la clienta se trataba de alguien muy especial, que confiaba en mi
criterio y experiencia y me dejó hacer, algo fundamental en las labores de un
artista. Sentir la libertad de crear a tu antojo y ser valorado.
Sabíamos
que el color principal sería el turquesa, ambas, mi clienta y yo somos
apasionadas de ese color y eso facilitaba las cosas, además ya había realizado
un mural con esas tonalidades y había que integrar el mueble sin que ninguna de
las obras perdiera protagonismo.
La
aplicación del color sobre el mueble una vez preparado fue tarea fácil, pero
todo se complicó con los cajones, los cuales estaban forrados en su cara frontal
con piel de color granate. Color que por mucho que quisiera imprimir, volvía a
salir, negándose a desaparecer.
Solucioné
el entuerto arrancándola, pero me encontré con otro dilema. La superficie se
quedó quebradiza e irregular.
¡¡Dios mío!! ¿Y ahora qué?
Me
alentó saber al comentarle a mi clienta lo que ocurría, que me dijera:
- Tú sabrás que hacer, confío en ti.
Ahora
tocaba utilizar la imaginación y buscando alternativas se me ocurrió que quedaría
original dibujar sobre cada uno de los frontales unas plumas con pasta para relieve en blanco e ir
aplicando color turquesa degradándolo y completar el diseño con aplicaciones de
brocha seca de pintura metálica en bronce, para realzar las hendiduras.
El
resultado quedó realmente bonito. Y a pesar de los contratiempos, pude entregar
el trabajo antes de las navidades junto al mural que realicé con anterioridad
con las mismas tonalidades y el maravilloso color coral para los flamencos como
protagonistas de la pared del vestíbulo