El color es uno de los principales elementos utilizados en la decoración, ya que influye en la percepción del espacio y de la luz.
En esta ocasión te contamos como, a través de la pintura, podemos transformar espacios, embellecer estancias, pudiendo afectar a nuestro estado de ánimo e influir creando una nueva atmosfera.
Elegir el color adecuado puede provocar emociones generando energía y estimulación, como sucede con los tonos cálidos, naranjas, rojos y amarillos. Mientras que los tonos fríos como azules y verdes, transmitirán calma y relajación.
Exploraremos cómo elegir los colores adecuados según el propósito del espacio y las sensaciones que transmiten.
El color tiene el poder de alejar o acercar paredes, subir o bajar techos engañando al ojo, creando la sensación visual de agrandar espacios minúsculos.
En espacios como centros educativos, ayuntamientos, salas de exposiciones, residencias, etc., es importante tener en cuenta factores como la funcionalidad, la estética y la cantidad de tiempo que estará expuesto el transeúnte a este estímulo visual.
Analizaremos cómo seleccionar colores que fomenten la concentración y el aprendizaje en entornos educativos, así como colores que transmitan seriedad, sobriedad y profesionalidad en espacios gubernamentales y salas de exposiciones.
En nuestras propias casas, el color puede ser utilizado para reflejar nuestra personalidad y crear ambientes acogedores en salones, habitaciones, terrazas exteriores, etc.
Será importante centrarnos en la iluminación, si disponemos de suficiente luz natural o por el contrario necesitaremos reforzar la zona con luz artificial. También tendremos en cuenta el estilo del espacio y la decoración existente o alternativas para futuros proyectos más actuales.
Muy significativo será el tamaño de las estancias, teniendo cuidado en no sobrecargar en espacios pequeños con colores muy densos y oscuros, distribuyendo las tonalidades acordes a estas y cómo podemos combinarlos para que nos aporten comodidad y recogimiento en cualquier momento.
Sobradamente sabemos que el color es un alto potenciador de cualquier negocio, enfatizando cualquier imagen corporativa.
En el ámbito empresarial, el color es una herramienta poderosa para atraer clientes y crear una identidad de marca sólida en cualquier sector.
Estudiar como seleccionar colores que se alineen con la imagen de un hotel, restaurante, tienda, etc., marcarán la diferencia en el mercado.
Combinados son la perfecta simbiosis del equilibrio entre colores.
El negro es un color intenso, provoca misterio, lo negativo e impuro, lo maligno. A priori puede parecer poco acogedor, sin embargo, su solemnidad lo hace un color elegante misterioso y da sensación de poder. Es preferible no excederse en su uso, a menos que se tenga la intención, como ocurre en espacios muy amplios y de techos altos. Pero si lo unimos al blanco, crea ambientes modernos y más sofisticados.
El blanco, es todo lo opuesto, crea ambientes más relajados, amplía los espacios, son más luminosos multiplicando la claridad, transmite la sensación de limpieza, serenidad, inocencia y pureza. Es el color perfecto para un interior minimalista. Tiene la característica de realzar los colores, suavizando los colores oscuros y siempre será un acierto.
Es el color neutro por excelencia, puede parecer aburrido melancólico, triste y monótono, pero es el ideal para potenciar la concentración. Refleja seguridad, confianza, modestia y conocimiento. Puede evocar, calma, equilibrio y sofisticación.
Puedes abusar cuanto quieras, tiene la capacidad de crear la atmósfera perfecta si lo combinas con colores radiantes y llamativos.
Brillante, cálido, llamativo y muy luminoso en toda su amplia gama de tonalidades, incita a la alegría, transmite jovialidad, entusiasmo, extroversión, diversión y vitalidad. Estimula el aprendizaje, la comunicación y la creatividad. Favorece la productividad. Relacionado con el sol, es el color del oro.
En zonas muy luminosas, es muy destellante, pero al utilizarlo en zonas de poca luz natural es una alternativa que agrandará espacios reducidos, iluminando cualquier estancia si lo aplicas sin excesos y combinado con colores neutros.
Es el color de la pasión, la vitalidad, la energía en su máxima expresión, el amor, la sexualidad. Es el color del fuego, del calor, el poder, el optimismo, la sangre y la lujuria.
Es muy potente y atractivo, adecuado para llamar la atención, pero puede llegar a ser extenuante si se utiliza en grandes cantidades. Provoca sensaciones intensas y excitantes o de rabia e irritación. Alerta del peligro.
Es aconsejable para zonas de mucho movimiento y actividad. Muy atrayente y atrevido, utilizado en marcas comerciales muy destacadas de diferentes sectores. En interiorismo, es preferible combinarlo donde prioricen los colores neutros y puntuales toques de color.
Da sensación de amplitud, inmensidad, paz, serenidad y confianza. Es el color del cielo y los océanos. Relacionado con la nobleza, lo clásico, la templanza y la moderación. Representa lo masculino.
Transmite autoridad, lealtad, profesionalidad, sinceridad y es protector de malas energías.
Los azules más oscuros tienden a hacer los espacios más pequeños, pero las tonalidades más claras crearán un ambiente de calma que inducirán al sueño y alejarán el insomnio. Son adecuados para lugares de estudio, ayudando a mejorar el rendimiento.
Puro equilibrio, da paz, sosiego y tranquilidad. Relacionado con la naturaleza, transmite frescura y calma. Refleja la individualidad, la estabilidad, la autoestima, la tenacidad y el control de uno mismo, la autoafirmación.
Es la combinación de colores cálidos, amarillos y colores fríos, azules. Dependiendo de la carga de uno u otro, evocaran sensaciones más estimulantes o de relajación.
Es adecuado para espacios relacionados con el intelecto, la continuidad y la concentración.